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Ámsterdam

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  • 28 feb 2019
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 9 ago 2021

Una de las capitales europeas que nos faltaba por tachar de la lista era Ámsterdam. Teníamos muchas ganas de ir, pero no sabíamos exactamente si visitarla en Navidad o en primavera. Al final nos decantamos por visitarla en Navidad, ya que para las vacaciones de semana santa preferimos destinos un poco más cálidos (será por eso que el verano se acerca…).


Nuestra experiencia de viajar a Ámsterdam en época navideña fue buena, pero seguramente si hubiéramos escogido ir en abril o mayo hubiese sido mucho mejor; se dice que Ámsterdam es una ciudad muy verde y nosotros vimos todos los árboles pelados, aunque en contraposición debo decir que la decoración navideña de las calles y las casas es espectacular. El tiempo nos acompañó bastante y pudimos disfrutar de paseos a pie y en bicicleta. Voy a detallaros un poco más este viaje, día por día, y previo aviso os digo que nosotros vimos un Ámsterdam bajo la perspectiva de los más bajitos. Es decir, que si no vais con niños seguramente vuestros planes cambien un poco.


Como viene siendo habitual en las distintas entradas de este blog empezaré hablando sobre el alojamiento. Ámsterdam, en general, es bastante caro en cuanto a alojamiento se refiere y para las fechas que escogimos, aún lo es más. Ir a un hotel con los peques a veces puede resultar caótico (no es lo mismo tener una casa entera, que una habitación) así que decidimos, como en otras ocasiones, alquilar un apartamento por la plataforma AirBnb.


El apartamento que escogimos fue este:


Lo escogimos porque ya estaba habitado por una familia con bebés y niños y por tanto contaría con todas las comodidades. Y así fue, los anfitriones, fueron súper amables y nos sentimos como en casa, los niños tenían mil juguetes y los ratos en casa fueron de los más agradables. Por otro lado, casa en casa. Gracias Sandra y Marc! por la plataforma AirBnb. (si lo queréis reservar, lo podéis hacer clicando aquí)


La ubicación del apartamento, era inmejorable, en pleno distrito de Nieuwe Pijp, nos movíamos a todos lados a pie. El Rijksmuseum lo teníamos a 10 minutos a pie, y la fábrica de Heineken a tan solo 5. Parques, canales, supermercados, el barrio rojo, la zona de museos o el zoo; lo teníamos todo bastante a mano.


DIA 1


El vuelo, como siempre perfecto, salimos de Barcelona a las 10h con Vueling y llegamos sobre las 12:30 a Ámsterdam. Desde el aeropuerto, cogimos un taxi que nos llevó hacía el apartamento ya que íbamos demasiado cargados para movernos en transporte público.

Una vez en el apartamento, bajamos al supermercado que había bajo de casa y preparamos algo para comer. Los niños, que aunque durmieron durante el vuelo, estaban un poco cansados, durmieron una siesta mientras nosotros deshacíamos maletas. Por la tarde, bajamos al mercado de Albert Cuypstraat, y nos comimos unos deliciosos poffertjes. También aprovechamos para pasear por el barrio e ir al parque.




DIA 2


El segundo día alquilamos unas bicis y nos movimos con ellas por la ciudad. Ese día visitamos un montón de cosas de la ciudad y por la mañana fuimos al NEMO museum. Un museo de la ciencia para niños, divido en cinco plantas y en cada planta había actividades para ellos.






Después de comer, teníamos reservado un crucero por los canales de la ciudad con guía para conocer más la ciudad desde un punto de vista cultural. Sinceramente, era la hora crítica de la siesta y los niños estaban bastante cansados e insoportables. Pero sobrevivimos.

Una vez finalizado el crucero, cogimos las bicis y nos fuimos para casa a bañar, a hacer la cena y a jugar.





DIA 3


Teníamos una excursión comprada desde aquí para ir a ver los molinos de Zaanse Schans. Como la excursión no empezaba hasta las 12h y teníamos que coger un Ferry para llegar al punto de encuentro, nos pasamos la mañana paseando por la ciudad. Visitamos entre otras cosas la plaza Dam o a Rembrandtplein donde había una pista de hielo y mercadillo de Navidad. También fuimos a China Town y a la Estación Central. Desde allí cogimos el Ferry hasta la torre A’dam donde está ubicado el columpio más alto de Europa.

El trayecto hasta Zaanse Schans lo hicimos en bus con guía en español que nos contaba curiosidades sobre los Países Bajos, sobre su agricultura, su cultura y su historia.

Una vez llegamos a Zaanse Schans pudimos disfrutar de la visita a una fábrica de zuecos de madera y de queso, vimos los molinos de viento, degustamos chocolate caliente y visitamos una granja de animales.



DIA 4


Este día lo destinamos para visitar la zona de museos (Museumplein) el Rijskmuseum y Voldenpark. Comimos un brunch buenísimo en una cafetería cerca de Rijskmuseum y con energía estuvimos andando por toda la ciudad, visitando el barrio rojo y haciendo algunas compras.




DIA 5


¿Qué mejor plan para el último día del año que hacer una actividad destinada solo para los más peques? Confieso que estuvimos a punto de visitar Efteling, pero al final al haber más de 3 horas de trayecto desde Amsterdam nos echamos para atrás. En su lugar, decimos visitar el Zoo de la ciudad, uno de los más antiguos de Europa, que además, cuenta con planetario y acuario. Imaginaos los niños como disfrutaron!



La noche de fin de año en Amsterdam es como aquí el día de San Juan o las fallas, la pirotecnia impregna las calles y la verdad que es espectacular! Nosotros creíamos que era cosa del ayuntamiento o la comisión de fiestas, pero no, eran los mismos ciudadanos los que hacían verdaderos castillos de fuegos dignos de profesionales. Esa noche cenamos en casa y como es habitual en nuestro país, no podían faltar las uvas.



Las uvas que no falten :)

DIA 6


Día de regreso. Para regresar al aeropuerto y para algún que otro desplazamiento por la ciudad escogimos hacerlo mediante la plataforma UBER. Rápido y económico.



En general este viaje nos gustó y nos lo pasamos muy bien. Ir con niños ya se sabe que limita las actividades, nosotros no visitamos coffee shops, ni algunos museos de parada obligatoria para que ellos no se aburrieran. Eso sí, a la que se dormían en los cochecitos, aprovechábamos para comer en un restaurante y tomarnos un buen vino, que también nos lo merecíamos ;)


Impresiones:


- La gente no es tan “family-friendly” como nos esperábamos.

- Mucha olor a marihuana en general por toda la ciudad.

- El mercado de las flores es bonito, pero en primavera seguro que lo es más.

- Volveremos a los Países Bajos, para visitar Rotterdam, Eindhoven y Efteling!

- Los precios un poco más elevados que aquí, pero los del supermercado más o menos parecidos.

- Ir con bicicleta es un plan que a los niños les gusta mucho. Hay más bicicletas que coches!


...otro viaje más para el recuerdo! :)

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