Molló Parc y Vall de Núria
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- 23 sept 2018
- 3 Min. de lectura
Nuestra última escapada del verano del 2018 fue al Pre Pirineo. Esta vez decidimos dividir la escapada en dos días y hacer noche fuera. Nos lo pasamos pipa! Ahí va nuestra ruta:
Día 1: Molló Parc
Nos levantamos temprano y cargamos todas las cosas que ya preparamos el día anterior. El trayecto es de aproximadamente una hora y algo así que fue relativamente corto.
Molló Parc es un parque de animales en semi libertad situado en Molló, El Ripollès. El parque está situado en pleno bosque y es un espectáculo de fauna y flora autóctona. Está pensado para pasar allí de 2 a tres horas. Nosotros estuvimos desde las 11 hasta las 16h aproximadamente. Luca hizo todo el trayecto a pie, y Cesc a ratos también. Eso sí, íbamos a ralentí. Esa maravillosa Slow Life a la que te transportan los más peques disfrutando de los animales y el entorno.



Si hay algo con lo que disfrutan los niños es con los animales, para muestra sus caras de felicidad al ver que podían tocar los conejos!



Lo de las cabras fue increíble, eran súper mansas y dóciles y te permiten darles comida.


La historia del zorrito con Cesc, fue de amor a primera vista. Cesc hubo un momento que hizo un sollozo y el zorro fue cuando lo vio. Yo no sé si trataba de instinto maternal o qué, pero a partir de entonces no le sacó el ojo de encima y nos siguió todo el rato.


Ver a un oso pardo es impresionante.

Y tener a un ciervo a tan pocos centímetros aún lo es más!


También te permiten dar de comer a las marmotas aunque a Luca no le hizo mucha gracia que se abalanzaran todas sobre él...

Sin duda Luca con el animal que más disfrutó fue con los jabalíes. A quien le recordarían? A Pumba? A Peppa? ;p

El alto en el camino es impresionante. Una zona de picnic para comer, oyendo como baja el agua del río, un parque infantil al lado y una zona de río que parece playa. Allí Luca jugó a tirar piedras con una amiguita que hizo y yo aproveché para conocer la historia de su abuela que siempre iban a la zona de camping. Una pena no haber intercambiado teléfonos!


Al final del trayecto, hay unos hinchables donde pueden saltar y pasarlo bien.
Por la tarde, pusimos rumbo a Ribes de Freser. Una horita más de camino. El alojamiento que escogimos era un tanto pintoresco y particular. MAS ANGELATS. Reconozco que el lugar tiene un encanto especial, situado en medio de la naturaleza, un caserón con piscina y con unos propietarios muy amables.

Aquí en el comedor, jugando y descansando. Escogimos dos habitaciones contiguas y compartíamos el lavabo, que hacía a su vez de división entre habitación y habitación. Cerca de Mas Angelats hay el tercer roble más grande de la Península Ibérica, hacen falta 6 o 7 personas para rodearlo.
Por la tarde fuimos a pasear a Ribes de Freser que tenía un ambiente muy agitado, creemos que había alguna fiesta popular. Fuimos al parque y cenamos unas crepes.
Día 2: Vall de Núria
Lo más caro de esta salida fue el cremallera. Fui preparadísima con un dos por uno que al final resultó tener letra pequeña y se convirtió en un dos por dos. Aún así, era la primera vez de los niños en un tren y fliparon bastante.


El aire que se respira es puro y mágico! Pasamos toda la mañana allí. Caminando, observando los animales, cogiendo piedras y tirándolas al lago... la verdad que es un lujo tener lugares así al lado de casa.

Y como no no podíamos faltar a Parc Aventura. Yo creo que con los toboganes disfrutamos más el padre y yo que los peques ;)





Sin duda una escapada para poner el broche de oro a este verano que nos ha dado grandes momentos en familia!
Ahora falta volver cuando este bien bien nevado :)
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