Asturies
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- 3 sept 2019
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 8 ene 2020
Antes de empezar con la ruta, apuntar que este no ha sido un viaje previamente pensado para niños. Ha sido un viaje familiar, en el cual no hemos ido solos, sino que lo hemos disfrutado acompañados de abuelos, bisabuelos y tías y por tanto nos hemos ido adaptando los unos a los otros. Si bien es cierto que esta ruta puede ser utilizada para hacerla con niños, hay algunos destinos (como la casa museo del Marqués de Sargadelos) que pueden ser sustituidos por otros (como por ejemplo el museo del jurásico).
Aún así, cabe decir que los niños, en la mayoría de los casos se adaptaron bastante bien a todas las actividades.
El destino escogido para este viaje familiar fue Asturias. Nosotros nunca habíamos ido y nos pareció un destino excelente para realizar con nuestra última adquisición: una más que esperada furgoneta para poder realizar viajes por carretera cómodamente.


Día 1- Girona/Logroño
Desde Girona hasta Asturias hay aproximadamente unos 900km. Demasiados para dos niños de 3 y 2 años y para los bisabuelos. Decidimos parar más o menos a medio camino y así poder conocer Logroño que tampoco lo conocíamos. Paseamos por su casco histórico y visitamos la concatedral de Santa María de la Redonda y sus alrededores. Sus parques verdes y ver como la atraviesa el Ebro es muy placentero y acabamos la ruta comiendo unos pinchos en la calle del Laurel. La noche la hicimos en el hotel Zenit, situado en las afueras de la ciudad.






Día 2- Logroño/Torrelavega/Albuerne/Cudillero
Partimos sobre las 9:30h de la mañana hacia Asturias. El viaje se hizo ameno con varios cuentos, parando para estirar las piernas y viendo alguna que otra película. Paramos a comer en Torrelavega, y aquí ya nos empezamos a dar cuenta de que la gastronomía del norte no es moco de pavo, y que o vas con un buen saque, o te dejas más de la mitad en el plato.
Sobre las 16:30h llegamos a nuestro destino. En esta ocasión mis suegros escogieron una casa que pudiera albergarnos a todos, en el concejo de Albuene, en Cudillero. La casa es espectacular aunque la no la recomiendo para niños menores de 3 años, ya que tiene muchas escaleras y poco seguras. Aún así estábamos rodeados de un entorno rural maravilloso; nuestros vecinos eran unas vacas pastando.
Una vez deshicimos maletas y pusimos todo en su sitio, nos fuimos a conocer el encantado pueblo de Cudillero. A mi me recordaba ligeramente a esos pueblecitos de la costa Amalfitana. Un pueblo en forma de anfiteatro, para mi gusto demasiado masificado de gente aunque en pleno agosto ya se sabe. Otro punto es el estado en el que se encuentra el pueblo; nos dio la sensación que contaba con una falta de mantenimiento importante y que el ayuntamiento debería invertir un poco en mejorar sus calles y fachadas. Aún así, un imprescindible para visitar.

Si queréis darle un vistazo a la casa dónde nos alojamos toda la familia lo podéis hacer clicando aquí.






Día 3- Playa de las Catedrales, en Lugo
El primer día entero en Asturias partimos hacía Galicia, la Playa de las Catedrales nos quedaba relativamente cerca y es un espectáculo de la naturaleza que no hay que perderse. Eso sí, en julio y agosto hay que reservar mediante su página web ya que cuentan con un “aforo limitado” por así llamarlo. Unas restricciones de paso, vaya. El lugar es impresionante y organizan visitas guiadas. Lo recomendable es visitar la playa con la baja marea y así poder pasear entre las formaciones rocosas que la conforman.
Mientras estábamos allí nos dieron un díptico sobre un lugar llamado el Palacio de Cristal donde se podían comer mariscadas a buen precio.
Por la tarde, dimos un paseo por Albuerne y su precioso entorno. Ver los acantilados y los campos verdes es el mejor de los recoverys!












Día 4- Luanco/Gijón
Luanco es un pueblo costero tranquilo que visitamos por recomendación de alguna página web que visité mientras planificaba el viaje. Tiene una bonita iglesia al lado del puerto y se puede visitar dando un paseo de una hora.
Gijón es una ciudad que me sorprendió para bien, la Playa de San Lorenzo estaba a reventar. Imaginaros en pleno mes de agosto. Visitamos la playa, el paseo y sus alrededores.
Ese día comimos en un italiano llamado Gepetto. Buen trato con los niños y la comida parecida a la de la Tagliattella.







Día 5- Oviedo/Cabo de Video/Playa del Silencio
Oviedo también nos sorprendió muy positivamente. Una ciudad señorial, con un encanto típico de las capitales europeas. Ese día visitamos la catedral San Salvador, caminamos por su casco antiguo y calles colindantes y acabamos en el parque de San Francisco visitando la famosa Mafalda que está sentada en unos de sus bancos desde el 2014. El parque no es muy grande pero para dar un paseo a media tarde o media mañana con los niños es perfecto. De Oviedo también nos sorprendieron sus estatuas; como la de Woddy Allen, la de La Regenta o “ La Maternidad” de Botero.
Escogimos para comer un restaurante pequeño, decorado con un encanto industrual, no recuerdo el nombre pero si que el servicio fue excelente. Como las lentejas que nos preparon, buenísimas!
Cerca de nuestra casa de vacaciones, está el Cabo de Video. Poco voy a decir, porque las palabras se quedan cortas; se trata de un lugar impresionante. Y aprovechando que la Playa del Silencio nos quedaba cerca, hicimos una corta caminada con los niños de 20 minutos para disfrutar de este precioso paraje.













Día 6- Santa Eulalia de Oscos
El sexto día lo dedicamos a conocer un poco la región Asturiana. Visitamos Santa Eulalia de Oscos y allí fuimos al Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos. Una casa típica Asturiana del S. XVIII y todas las historias que entrañan sus cuatro paredes, así como las de su antiguo propietario. Después de la visita, comimos en el restaurante que hay situado justo en el Conjunto etnográfico de Mazonovo, un restaurante de 10. Podemos dar fe que todo está riquísimo y es 100% ecológico. Justo cuando llegamos, empezó a caer un chaparrón que suerte de los toldos que hay en la terraza para resguardarnos de la lluvia, porque sino hubiésemos acabado empapados. Ese día, a la hora de comer, hubo crisis con uno de nuestros hijos. A veces, el cansancio o el sueño les hace no poder seguir el ritmo y lloran. Pero eso forma parte de los viajes, no todo va a ser idílico.
Después de comer se fue la tormenta y con ella la crisis de llantos, los niños disfrutaron correteando por el campo y luego visitamos el museo de los herreros, dónde pudimos ver el funcionamiento del Mazonovo.









Día 7- Espinaréu/Ligüeria
Al día siguiente pusimos rumbo a Espinaréu. Fuimos a conocer a la Astúrias profunda, esa que casi no sale en los mapas.
Lugares verdes y preciosos, parece que vives en otra época. Como se agradece poner los pies en el agua helada del río, oler la naturaleza o respirar el aire puro. A nosotros es que nos va lo verde, y creemos que no hay mejor entorno para los niños que la naturaleza.
Ese día comimos en un 3 estrellas Michelin: un súper picnic en La Pasera, un lugar adaptado para comer en medio de la naturaleza.












Día 8- Ribadesella/Granja La Cuesta de Amalio
El último día lo destinamos a visitar Ribadesella. Según nuestra opinión una ciudad bonita pero sin más. Estaba demasiado masificada y tampoco nos entusiasmó. Ese día paseamos por la ciudad, hicimos algunas compras y comimos en un restaurante de pescado y marisco que, siendo sinceros, tampoco nos entusiasmó.
Después de comer, pusimos rumbo a la granja de Amalio. Para visitar la granja hay que llamar y tener reserva previa. Nos sorprendió la cantidad de familias que había nada más llegar.
Cuando llegamos, nos recibieron con un paseo en poni. Fue una visita que nos encantó a todos, pequeños y mayores. Los peques hicieron un montón de actividades, cogieron conejos, ordeñaron las vacas, recogieron huevos, pasearon en caballo, dieron de comer a las cabras…vaya que no nos aburrimos ni un momento y las 3 horas y media de la visita, casi cuatro pasaron volando. Si estáis por los alrededores lo recomendamos 100%. Amalio y su equipo son simplemente encantadores. Eso si, llevad protector contra los mosquitos!










Día 9- Día de regreso
Si para la ida decidimos dividir el viaje en 2, para la vuelta decidimos hacerla del tirón. Y la verdad, que los niños aguantaron súper bien. Si bien es cierto que realizamos como 5 o 6 paradas para ir al baño o estirar las piernas, el viaje no se hizo nada pesado.
Así que si recomendaríamos Asturias como un destino para ir en familia la respuesta es: ¡POR SUPUESTÍSIMO! Y sin niños también; es un lugar verde, puro y mágico. Nos faltaron los Picos de Europa y Covadonga, pero ese destino lo dejamos para cuando sean más grandes y puedan aguantar mejor las caminatas ;)
Y por último os dejo con algunas fotos más familiares de momentos en los que estábamos en la casa, igual de divertidos y entretenidos que cuando salimos a explorar mundo :)











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